Por eso, antes de seguir, te propongo algo distinto: una pausa.
Aquí no se vende nada.
Pero sí se pide algo a cambio: tu voluntad de mirar con otros ojos.
Puedes cerrar esta página y seguir como siempre,
o quedarte y cumplir una promesa sencilla: ver con calma lo que quizás llevas tiempo buscando.